“Cuanto mejor te sientes sobre ti mismo, menos necesitas enseñarlo” -Robert Hand
¿Qué es la autoestima?
La autoestima describe el conjunto de percepciones que tienen las personas acerca de sí mismas y de cómo les perciben los demás. Ésta se verá afectada en función de distintos aspectos: cómo nos vemos, cómo nos sentimos con lo que somos, en qué somos buenos y qué juicios hacemos sobre nosotros. La autoestima es cuánto te aprecias y gustas de ti.
¿Cómo y cuándo se forma?
La autoestima se forma en la infancia y estará impactada por los factores genéticos que contribuyen a dar forma a la personalidad, así como por las experiencias vividas, que son las que en definitiva van a precisar la autoestima. En este sentido, aquellos individuos que de niños reciban frecuentemente valoraciones positivas y reconocimientos por parte de sus padres, maestros, amigos, etc., seguramente tendrán una positiva autoestima, mientras que aquellos que reciban críticas constantes y valoraciones negativas tendrán una autoestima baja.
¿Por qué es importante una positiva o buena autoestima?
Si estás bien contigo mismo, no necesitas la aprobación de los demás y no necesitas demostrarle nada a nadie.
La autoestima tiene un importante impacto en la perspectiva y el comportamiento de las personas y es la plataforma para su motivación y éxito. Si nos sentimos bien con nosotros mismos nos aceptamos como somos, tendremos objetivos y valores claros, alta energía, disposición a aprender, a tomar decisiones y riesgos. También mayores recompensas en la vida.
Lo contrario ocurre cuando las personas se sienten insatisfechas con lo que son. Se presentan inseguras, temerosas, se cuestionan, tienden a ocultarse, prefieren pasar desapercibidas, se les dificulta la toma de decisiones, son complacientes, sensibles a la crítica y se culpan por todo. Demostrar la autoestima en los extremos del espectro alto y bajo puede ser dañino, lo recomendable es alcanzar un equilibrio, un punto intermedio, que permita a los individuos no pasar desapercibidos ni tampoco llegar a ser arrogantes y disfrazar la inseguridad de alta autoestima. Lo ideal es tener una visión realista de quiénes somos, con nuestras fortalezas y debilidades, pero que el resultado en general sea positivo.
¿Cómo desarrollarla?
- Ten consideración contigo, aparta los pensamientos negativos al momento de aplicarte un juicio de valor. Recuerda, eres un ser humano y te puedes equivocar.
- Asumes los errores como oportunidad de aprendizaje.
- Evita compararte con otras personas. Eres un ser único, y tú meta debe ser lograr la mejor versión de ti y no ser mejor que ningún otro.
- Trabaja en tu autoconocimiento, identifica tus fortalezas y debilidades. Define qué quieres lograr y esfuérzate por ello.
- Focaliza tu energía, concéntrate en aquellas cosas que están bajo tú control y en las cuales puedes implementar acciones para lograr un cambio. Evita quedar entrampado en aquellas cosas que tú no puedes cambiar, porque no están bajo tu área de influencia.
- Define tus objetivos personales, profesionales, etc. Cuando tienes el norte claro es más fácil superar cualquier resistencia interna. Si pierdes la motivación, pregúntate: ¿Estás haciendo lo que realmente quieres hacer?
- Calla tu voz interna cuando te susurre pensamientos negativos y/o se active a modo destructivo.
- Programa un espacio para cultivar tu autoestima y registra cada día, durante un mes, 3 cosas que puedes apreciar como positivas de ti mismo.
- Evita el perfeccionismo, esto genera mucho desgaste, aprende a quedarte con las cosas que son suficientemente buenas.
- Emplea tiempo en aquellas cosas que te apasionan y generan emociones positivas, por ejemplo, leer, cocinar, cuidar plantas, ejercitarte, cantar, bailar, etc.
- Sé amable y cortés con las personas, pero no renuncies a tus opiniones por complacer.
- Evita las personas perfeccionistas, cuestionadoras, poco amables o que no apoyan tus sueños y objetivos.
- Celebra las pequeñas victorias alcanzadas y toma registro mental de esa sensación de triunfo.
Recuerda… ¡La persona más importante de tú vida eres tú! ¿Cuándo fue la última vez que te lo demostraste?